macario (juan rulfo)
12/04/2018
Este cuento de Juan Rulfo, comienza con la voz, en primera
persona, de su narrador: Macario, quien declarara que se encuentra en una
alcantarilla, esperando a que las ranas emerjan de ella, para poder matarlas,
pues su madrina le ha pedido que lo haga, porque el día anterior el ruido no la
ha dejado dormir el día pasado. De esta forma, obediente, Macario cumple su
mandato, esperando con una tabla a que las ranas se asomen, para poder
matarlas.
Así mismo, Macario comienza a hablar de las ranas, de su
color y características, confesando que las ha comido de vez en cuando,
gustándole el sabor, así también admite haber probado sapos, aun cuando la
mujer que identifica como su madrina le ha dicho que los sapos no se comen.
Igualmente, Macario comenzará a describir a su madrina, a quien señala como una
mujer de ojos verdes. Así mismo, hablará también a Felipa, una mujer de ojos
verdes, a quien dice querer mucho, sobre todo porque es quien lo alimenta, es
decir, quien le prepara la comida en la cocina. No obstante, Macario afirma que
quien da el dinero a Felipa para que compre la comida que van a preparar.
Macario continúa con su fluido monólogo, describiendo
entonces quién se dedica a qué en la casa. De esta forma, señala que Felipa se
encarga de cocinar la comida de los tres, mientras él es el encargado de llevar
la leña, para mantener el fuego vivo. Así mismo cuenta cómo su madrina come, y
luego con las manos elabora dos montoncitos de comida, repartiendo uno para
Felipa y otro para Macario. Sin embargo, según su versión, en ocasiones, Felipa
renuncia a la porción que le toca, para dárselo a él, detalle que valora
muchísimo, pues –según confiesa- él nunca logra saciar su hambre, siempre tiene
ganas de comer, y jamás se siente saciado.
Es en este momento de la narración, en que Macario señala que
en la calle es identificado por los otros como un loco, por lo que su madrina
no lo deja salir, al menos que sea para llevarlo a misa, en donde su madrina le
amarra las manos. Así mismo, Macario admite no saber por qué lo amarran, y le
atribuye el hecho quizás a las historias que cuenta la gente, quien dice que él
hace locuras, que una vez ahorcó a una señora. No obstante, Macario afirma no
acordarse de nada de esto.
Seguidamente, Macario comenta lo buena que es su madrina con
él, pues lo invita a comer de verdad, no como otras personas que lo llaman,
prometiéndole comida, pero solo lo hacen para apedrearlo. Así mismo, Macario
comentará la relación sexual-edípica que mantiene con Felipa, quien visita su
cuarto todas las noches a darle la leche dulce que sale de sus senos, mientras
le hace cosquillas por todo el cuerpo. Macario describe esa leche, como un
líquido dulce y tibio, que señala como el alimento más delicioso que ha
probado. Luego, Felipa se quedaba dormida junto a Macario, quien se lo
agradecía porque así si se moría solo, no estaría condenado a ir al infierno.
Sin embargo, Macario cuenta cómo Felipa también lo ayuda con
los demonios que Macario dice tener por dentro. De esta forma, Felipa se
confiesa por él todos los días, para que el pecado y sus demonios sean
perdonados. También, Macario contará
cómo se da golpes en la cabeza contra las paredes, por lo que su madrina lo
amenaza con las cucarachas y alacranes que habitan su casa. De esta forma,
Macario comienza entonces a describir cómo es su cuarto, y cómo su cama está
llena de cucarachas, las cuales caminan por su cuerpo, como también lo hacen
los alacranes.
leido por: perla sarahi hernandez rivera
escritor del libro: juan rulfo
"a describir a su madrina, a quien señala como una mujer de ojos verdes"
ResponderBorrarerror ,son negros